Quiet Quitting y quiet firing, dos conceptos que están generando controversia dentro de las empresas
Para nadie es un secreto que la pandemia nos ha hecho reordenar nuestras vidas y priorizar aspectos como la familia, la salud o las relaciones sociales por delante del éxito laboral. Y como lo hemos mencionado en otros blogs, hemos logrado evidenciar grandes cambios dentro de las diferentes condiciones laborales y las expectativas de los empleados sobre cómo deberían ser tratados en sus empleos y es allí donde surgen estos dos conceptos los cuales se pueden definir de la siguiente manera:
El «Quiet Quitting», a pesar de tener diversos significados, se podría decir que es una tendencia la cual se expresa como una rebelión ante el trabajo obsesivo, este no significa que un empleado va a dejar su trabajo, sino que más bien se refiere a limitar las tareas a aquellas estrictamente dentro de la descripción de su trabajo para evitar trabajar más horas, haciendo lo mínimo para hacer el trabajo y establecer límites claros para mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida. También, cuando se van a casa, dejan el trabajo atrás y se enfocan en tareas y actividades no laborales.
Con este concepto echa por tierra esa creencia alimentada por generaciones de que uno obtendrá un ascenso, demostrando que es el que más trabaja, el primero en llegar a la oficina, el que dice sí a todo y el que acepta trabajo por encima de su nivel salarial con la esperanza de obtener un aumento en el futuro. Muchos lugares de trabajo han prosperado sobre esta ilusión.
Este fenómeno está poniendo sobre la mesa que las nuevas generaciones empiecen a cambiar su escala de valores y decidan priorizar aspectos como la sostenibilidad, la salud mental y una vida con significado a la cultura del sobresfuerzo.
Como respuesta a las ‘renuncias silenciosas’, o en inglés «quiet quitting», llegaron los ‘despidos silenciosos’, «quiet firing».
Según Forbes, “los despidos silenciosos son una tendencia en gran medida no denunciada”. Es cuando los gerentes o jefes se encargan de perseguir y atacar a los empleados para que renuncien, empleando diferentes técnicas para abrumar al trabajador y que sea él quien decida irse de la empresa o tenerlo como la persona más opcionada para despedir, algunas técnicas que pueden ser utilizadas son : no motivar al empleado, no conceder aumentos, no dar permisos, señalar comentarios de remordimiento y no estar dispuesto a ayudar; incluso, ponerlo a trabajar más horas de las debidas. En resumen, el jefe se encarga de frustrar al empleado.
Por lo que se genera una discusión importante donde la comunicación y la construcción entre empleado y empleador permitan generar un ambiente laboral donde se pueda lograr fomentar una cultura de bienestar y establecer expectativas realistas para los colaboradores. Lo que se debe hacer es crear una cultura en la que se aliente a las personas a cuidarse a sí mismas para que puedan dar lo mejor en lo profesional.
Además, es conveniente promover una comunicación abierta y honesta dentro de la compañía. Si las personas se sienten escuchadas y tenidas en cuenta, es más probable que se muestren más comprometidas con su trabajo.
Y finalmente, es valioso que como profesionales desarrollemos habilidades en gestión de proyectos y tiempo, entre otras, para poder planear y así desarrollar tus objetivos de trabajo dentro de tu horario. Trabajar por pasión, porque realmente te guste lo que haces, es la clave.
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