Definir la ruta adecuada para levantar capital para tu startup es una tarea que a veces se nos puede convertir en todo un reto, tanto desde la visión personal como de negocio. Y es que, en el proceso de conocer mejor con quién embarcarnos en la aventura, encontramos tantos nombres en lo que a fondos de inversión respecta, que a veces nos podríamos sentir abrumados sobre la definición de la ruta adecuada para conseguir el capital necesario.
Entonces, nos viene a la mente la primera inquietud: ¿por dónde debería empezar?
Bien, primero lo primero: ¿qué es levantar capital y por qué hacerlo? Levantar capital es, en primera instancia, la consecuencia del planteamiento estratégico para el mediano y largo plazo de tu emprendimiento. En este sentido, contrario a lo que podríamos pensar, no es un proceso complementario que deba correr en forma paralela a los objetivos, sino parte del eje central en nuestra toma de decisiones para crecer y posicionarnos como líderes en el segmento de mercado en el cual estamos compitiendo.
El objetivo principal es asegurar los recursos económicos necesarios para habilitar los siguientes niveles de crecimiento y desarrollo sostenido del negocio. Y, en ese sentido, el capital, debe entonces contribuir a la consecución de objetivos claros, que hagan sentido para la evolución del modelo de negocio, ojalá, acompañado no solo de un componente económico, sino también de capacidades que nos permitan lograr solidez para el largo plazo.
Para lograr que esa tarea de búsqueda sea efectiva, es necesario tener claro nuestro panorama estratégico. Y en esa dirección, saber responder con claridad a las siguientes interrogantes: cómo vamos a crecer, qué queremos lograr, en qué plazos y con base en qué capacidades, tanto a nivel monetario como de recursos en materia de conocimiento y talento.
Y esto representa una exigencia particular, pues aunque las preguntas parecen simples, hallarles respuesta condensa una cantidad de información y variables que obedecen no solo a factores de mercado y competencia, sino también a la visión que la empresa tiene de sí misma como agente activo en el ecosistema donde se encuentra.
Dependiendo de esa visión, las startups tienen dos caminos primordiales:
-
Inversión Tradicional.
-
Inversión De Impacto.
De la inversión tradicional, podemos definirla como aquella cuyo propósito es la búsqueda de maximización de retorno sobre la inversión. Mientras que, la Inversión de Impacto es la que, además del retorno sobre el capital, busca apoyar startups que contemplen la generación de impacto dentro de su modelo de negocio, bien sea en todas o, en por lo menos una de las siguientes áreas: medio ambiente, desarrollo social y/o económico.
No para todas las startups hace sentido decantarse por el modelo más utilizado o ruta lógica, especialmente cuando su propósito es que prime el beneficio extendido para los diferentes actores: inversionista, sociedad, empleados, aliados y colaboradores, más allá del crecimiento acelerado y el logro por mayores cuotas de mercado.
Los emprendimientos que estén dispuestos a crecer, al tiempo que generan desarrollo en forma paulatina y constante, pueden optar por otras alternativas de funding, en donde el inversionista espera, por la naturaleza de la colocación, que la startup genere valor a lo largo y ancho de la cadena integral de desarrollo.
Para comprender más sobre inversión de impacto, te invito a conocer nuestra red de Impact Investing.