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Camila Mora

La educación emprendedora como catalizador del cambio en Colombia

El emprendimiento aporta significativamente al desarrollo político y social de un país, ya que impulsa la innovación, el empleo y la transformación económica. En este orden de ideas, al formar emprendedores desde una edad temprana, también se fortalecen habilidades esenciales como la gestión empresarial, la responsabilidad social, la resiliencia y una mentalidad orientada a la innovación. Por lo que, integrar programas de emprendimiento en la educación básica de Colombia resulta esencial para crear una base sólida de talento joven que impulse el desarrollo del país a largo plazo.


Actualmente, en Colombia existen iniciativas como el programa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo junto a Innpulsa, dirigido a estudiantes de los últimos grados, y la convocatoria de Apps.co, "Semilleros de Emprendimiento Digital" (SEED), que brinda a jóvenes de todo el país conocimientos sobre las etapas del emprendimiento digital. Estas iniciativas permiten que jóvenes de diversas regiones y contextos accedan a recursos como capital semilla y redes de mentoría, preparándolos para convertirse en líderes y emprendedores que resuelvan problemáticas reales en sus comunidades. De modo que, estos programas no solo impactan la vida de los participantes, sino que también crean soluciones locales, fortaleciendo el ecosistema emprendedor y contribuyendo al crecimiento económico de Colombia.


A pesar de estos avances, la mayoría de los programas de emprendimiento se concentran en el centro del país, dejando a niños y jóvenes de zonas periféricas sin acceso a estas oportunidades. Para cerrar esta brecha, es fundamental que más colegios públicos, especialmente en áreas rurales, cuenten con acceso a programas de emprendimiento. Lo anterior, no solo equipará a los estudiantes con habilidades prácticas, sino que también contribuirá al desarrollo económico local, creando redes de cooperación y apoyo dentro de las comunidades. Adicionalmente, la expansión de estos programas en las zonas rurales podría, además, reducir el desempleo juvenil y promover la autosuficiencia económica.


En resumen, integrar la educación en emprendimiento en los colegios públicos, especialmente en regiones apartadas, es crucial para el desarrollo de habilidades clave en niños y jóvenes, que, a su vez, aportarán al crecimiento de sus comunidades y al progreso económico del país.  Por tanto, la implementación de políticas públicas y alianzas estratégicas es indispensable para que esta visión se convierta en una realidad inclusiva y sostenible en toda Colombia.


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