Cada vez son más las organizaciones que se “reinventan” no solo en su estrategia, sino en sus instalaciones, para lograr que sus colaboradores se sientan felices en su trabajo y sean aún más productivos. Hoy, esta parte física de las empresas está caracterizada por los espacios amplios, lejos de los tradicionales cubículos; los lugares coloridos y con luz natural en pro de la sostenibilidad ambiental y estas son solo algunas de muchas características.
Pero estos espacios sostenibles, inspiradores, diferentes o como los queramos nombrar, van más allá de lo físico y comienzan a ser el reflejo de la cultura organizacional de cada empresa y por ende del clima organizacional que se maneja al interior de ésta; factores de los cuales dependen temas como la rotación, los rumores, despidos, ausencias e incluso poca puntualidad y baja eficiencia.
Es decir, estos espacios inspiradores no comunican sobre la organización solo a nivel externo o de imagen, sino que influyen en los principales “clientes” que son los colaboradores, los cuales se espera que asistan a su lugar de trabajo con entusiasmo, sin presiones o por obligación; puesto que llegarán a un lugar donde pueden ser ellos mismos, moverse con tranquilidad, ver personas diferentes todos los días, crear conexiones o trabajar en equipo y sumado a esto, crecer en el ámbito profesional.
Lo anterior, obviamente, facilitará la interiorización de los valores organizacionales, puesto que están explícitos en el ambiente que genera el espacio y por tanto, el compromiso con la misión y la visión organizacional, debido a que la sentirán propia y no como unas “frases” sin sentido que no los identifican o que no entienden en consonancia con lo que hacen y viven en su trabajo diario.
Finalmente, los espacios creativos y con una “personalidad” propia toman cada vez más protagonismo con sus salas de juegos , cafés, cocinetas, hamacas, entre otros; pero no podemos olvidar que todo esto es una parte que habla de la estructura organizacional, la comunicación asertiva y toda la identidad de la empresa y que aunque no es un “ añadido” sí es una pieza de las organizaciones que debe ser vista más allá de lo evidente.
Elizabeth Gómez Montoya
Comunicadora Social- Periodista
Impact Hub Medellín